Los milisegundos pasando por las esferas del control remoto, esos botones numerados para no perdernos en medio del zaping, tan noventas, tan pasado, tan todavía todo. Hacíamos más caminando que destruyendo las retinas, viendo esta caja negra, llena de luces, sin dejar nada a la imaginación. Ayer terminé un libro de bukowski. Gracias por tantas malas palabras y por tan mejores atmósferas. Leer es lo que sigue. Pero ¿a quién le toca ahora?, ¿a los que televidentes que nunca hemos sido lectores o a los escritores que nunca han visto televisión?. Alguien ayúdenos porque estamos separados en dos. Mañana sigo leyendo un libro con mis dotes de televidente.
¿Qué es una estrella sino una simple idea? Pocos podemos abrir una conversación con una pregunta que no va a ninguna parte, y que, sin embargo, está en todas partes. Imagino que grandes pensadores se han preguntado siempre lo mismo sobre todo lo que existe: ¿el porqué?. No sé si para qué, eso es también tan inútil como el qué, quién, cómo, o el cuándo; esas son preguntas para hacer historias, chismes, cuentos. El porqué es necesario y a la vez es irreal, es un puente extendido entre diversas ideas que disfrutan seguir entrelazadas sin que nadie las vea. El porqué es una estrella hecha de música y que emana luz. Tanto sonido se vuelve silencio y todo silencio encandila. La música no es una estrella, es un don para poder conversar escuchando. Conversar sin hablar, con el vaivén de sernos escuchados. Y de ahí venimos, somos y vamos. Entonces, ¿por qué la música?. Para conversar sería la respuesta a mi idea. Pero cada ser tiene una idea, que es única, que es válida y valiosa en ...
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