Se dispara entre estos dos muros aquella honestidad incipiente, mi continua comunicación indecisa con tus piernas eternas, pasos "bailosos", melodías transparentes que se vierten entre sí en turbias sonatas nocturnas, blanco de todas mis creencias, desvelo entretejido de letras, minutos, meses y esperas afuera que todavía no te toca.
¿Qué es una estrella sino una simple idea? Pocos podemos abrir una conversación con una pregunta que no va a ninguna parte, y que, sin embargo, está en todas partes. Imagino que grandes pensadores se han preguntado siempre lo mismo sobre todo lo que existe: ¿el porqué?. No sé si para qué, eso es también tan inútil como el qué, quién, cómo, o el cuándo; esas son preguntas para hacer historias, chismes, cuentos. El porqué es necesario y a la vez es irreal, es un puente extendido entre diversas ideas que disfrutan seguir entrelazadas sin que nadie las vea. El porqué es una estrella hecha de música y que emana luz. Tanto sonido se vuelve silencio y todo silencio encandila. La música no es una estrella, es un don para poder conversar escuchando. Conversar sin hablar, con el vaivén de sernos escuchados. Y de ahí venimos, somos y vamos. Entonces, ¿por qué la música?. Para conversar sería la respuesta a mi idea. Pero cada ser tiene una idea, que es única, que es válida y valiosa en ...
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